Para el final quería más pero bueno que le vamos a hacer si por mucho que controle las energías que me rodean no controlo los sentimientos de los demás.
En fin, lo único que me queda es aceptar este final feliz y vivirlo como una amarga pero a la vez útil enseñanza que me ha hecho crecer.
El día llegará y los pájaros vendrán con dulces melodías. Y yo estaré allí sonriendo con los ojos chinitos repletos de alegría.
Las cosas por su nombre chico cobardía se llama, y esa no te la quita nadie.
Mañana será otro día, y claramente será mejor que este...
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