jueves, 8 de diciembre de 2011

Dios


El mundo entero se dilata mientras subo al tejado, siento que algo especial está por ocurrirme, me siento, descanzo, miro al cielo y mis ojos se vuelven nueces, escucho un trueno azul y violento, sin embargo, hay algo que me tranquiliza a pesar de estar tan sola, no estoy perdida.
La confusión invade y la culpa corrompe los corazones del Hombre, es porque tienen hambre o talvés porque tienen sed. Un océano de terror, lágrimas e incredulidad carcome nuestros cimientos, sin embargo, yo que piso el mismo suelo que todos ustedes pude ver las cosas que nadie más, pude ver la verdad, pude ver la razón, pude ver el sentimiento más invisible, la energía mas sigilosa, cada misterio me fué revelado, cada alma que viaja perdida por el cosmos fué mi compañera esa noche... hasta que de pronto la oscuridad cayó sobre la tierra, una oscuridad azulada y tímida que no logró aterrarme, porque era la oscuridad más hermosa que pudo existir,la más bella, la más tibia, la más infinita, dentro de esta nacen dos peces dorados, diminutos cuyo destello puede iluminar cualquier cosa, hasta la mente más vil de cualquier historia en cualquier lugar, de cualquier planeta, puede iluminarme a mí e incluso a tí y hacerte sentir todo lo que jamás aprendiste.
Dos peces Dorados llenaron mis sueños esa noche, me llenaron de preguntas, me llenaron de vigor y de esperanza, dos peces dorados estrujaron mi cuerpo ensangrentado por tus llamas,peces doradosdos nadan en una imagen divina cuyo marco es mi ventana, dos peces dorados guardan hoy mi corazón.

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